20 agosto 2012

¿Se puede amar a un Lannister? Parte 4

Hola, ¿habeis visto qué cambio de look? Pues se debe a que @jefemaestro86 me ha diseñado este "peazo" banner que es una maravilla, y he querido cambiar el fondo del blog para ponerlo a juego, pero esta conexión es una caca, y se me desconecta cada dos por tres, así que de momento se tiene que quedar como está y en cuanto pueda lo arreglo, lo siento.
Eso sí, el banner es la caña, ¡¡GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS!!
Que sí, que ya lo sé, que no me ponga pesada... vaale, aquí teneis el capítulo de hoy (con dos cameos) dedicado a: @ropadeletras (que para algo es la prota), @jefemestro86, que parece mi ángel de la guardia, y cada vez estoy más convencida de que lo es; a @odiojoffrey que me da mucha alegría verle por aquí otra vez, a Ana Gil, que me apoya incondicionalmente y a todos y todas los que teneis el valor de aguantarme.
¡¡Os quiero!!
Ah, no quiero que se e olvide, teneis que entrar en: http://juegodetronosenlossietereinos.blogspot.com es el mejor blog de Juego de Tronos que existe, de verdad. ^-^
Ahora sí que sí:

Mientras tanto, Cristina había entrado muerta de miedo a la sastrería temiendo que la Septa pudiese castigarla o despedirla, pero no fue así; la mujer se limitó a mirarla mal y, ni tan siquiera le dirigió la palabra en toda la mañana, así que el día se le pasó volando entre ensoñaciones en las que el atractivo Lannister venía a rescatarla de su miserable vida montado en un blanco corcel.
Llegó la hora de almorzar y la joven Stark se dirigió a la cantina donde el personal del castillo recibía el rancho diario cuando oyó una voz que la llamaba; al girarse le agradó mucho descubrir que se trataba de Ned Stark, su tío. Bueno, en realidad era familia lejana y el parentesco no era claro, pero llevaban el mismo apellido y eso bastaba, además, desde pequeña había sido muy amable con su familia, así que ella le profesaba un gran cariño.
-¡Tio Ned! -Gritó, y corrió dispuesta a abrazarle como había hecho siempre cuando descubrió que no estaba solo, así que tuvo que improvisar una forzada reverencia y casi se cae al suelo. Eddard Stark reprimió una sonrisa y se obligó a mirarla severamente, siempre había sentido debilidad por esa chiquilla atolondrada de buen corazón que le recordaba mucho a Arya en su forma de ser, pero que tenía el mismo carácter inocente que Sansa.
Se giró hacia su acompañante y señalando a su familiar dijo:
- Milord, permitid que os presente a mi sobrina lejana Cristina Stark, disculpadla pues es algo impulsiva. Cristina, este es Lord Baelish, el Consejero de la moneda.
-Encantado, milady, siempre es un placer conocer a un miembro de vuestra casa, soléis estar llenos de sorpresas y tenéis una manera muy interesante de mostraros a los demás, eso está claro.  -Dijo con una sonrisa pícara levantando las cejas. Ella había oído hablar de Petyr Baelish, sabía que le llamaban Meñique, aunque nadie lo hacía en su cara, un apodo curioso relacionado con su lugar de procedencia, aunque no conocía bien la historia. También sabía que sus negocios eran algo turbios y relacionados con prostitutas, así que le sorprendió mucho ver la tranquilidad con la que su honorable familiar se lo presentaba. No obstante, ella había sido educada por una Septa muy estricta en cuanto a los modales, así que sonrió y esta vez la reverencia que hizo fue más elegante.
- Milord, disculpad mi entusiasmo, pero hacía mucho tiempo que no veía a Ser Eddard y no he medido mi reacción.
- Tranquila, me encantan las mujeres impulsivas, eso lo tengo en común con Jaime Lannister, pero eso ya lo sabéis, ¿verdad, mi señora? - La sonrisa de él era esta vez mucho más grande y sus ojos brillaban con maldad. ¿Cómo era posible que aquél hombre supiese lo sucedido esta mañana? No pudo evitar sonrojarse al recordar al Capa Dorada, pero su cara tornó pálida al fijarse en el semblante serio del jefe de la casa Stark, sabía que no le haría ninguna gracia saber lo que había pasado y menos aún si se enteraba que iba a cenar con un Lannister.
-Debo retirarme ya, los negocios me llaman, además, estoy seguro de que tenéis mucho de qué hablar y no quisiera ser un estorbo. Ha sido un placer conoceros, hablaremos en otra ocasión, ahora, si me disculpáis. - Besó su mano mientras le guiñaba un ojo, lo que provocó un bufido apenas perceptible por parte de Ned y un escalofrío por parte de ella. Se fue sin dejar de sonreír y mientras le veía alejarse, Cristina pensó que andaba como un felino a punto de cazar un ratón.
-Bueno, ¿me vas a contar de qué estaba hablando Meñique o tendré que preguntárselo a Lord Varys? ¿Qué es eso de que sabéis que a Jaime Lannister le gustan las mujeres impulsivas?