22 agosto 2012

¿Se puede amar a un Lannister? Parte 5

Un poquito más de historia, que ya era hora.
Os comunico que si quereis leerlo también podeis hacerlo en http://t.co/OQHqmCMl en el blog de @jefemaestro86.
Me he embarcado en un tema nuevo sobre cine del que os hablaré más adelante, y me hace mucha ilusión. (Vamos, que no paro mucho)
Dedicado a mis chicos y chicas de siempre y a los nuevos. Gracias por todo.


Mientras sus pasos le arrastraban hacia zonas del castillo en las que nunca había estado, Jaime se mortificaba mentalmente por su actitud y por sus sentimientos. Pedirle perdón a Cersei sería inútil, ella nunca las aceptaría de buena gana y él era demasiado orgulloso para hacerlo.
Lo que no conseguía controlar era ese repentino y curioso interés que despertaba esa dulce chica Stark en él, le molestaba sobremanera sentirse tan vulnerable pero no podía luchar contra ese deseo de tenerla cerca. Si creyese en esas tonterías de brujas y filtros de amor la solución sería sencilla, pero eso eran sólo cuentos que las Septas inventan para entretener a los niños.
De pronto y como despertando de una ensoñación, descubrió que se encontraba en un pasillo estrecho, débilmente iluminado por una antorcha que claramente estaba en las últimas; no recordaba   cómo había llegado hasta allí ni cómo podía volver al patio cuando algo se movió entre las sombras con rapidez y se le echó encima; apenas tuvo tiempo de esquivarlo y ver de lo que se trataba: Un gato negro y muy asustado, pero ¿por qué estaba así? La respuesta la obtuvo enseguida, ya que otro objeto más grande impactó contra él a gran velocidad.
-Perdón, Ser, no le había visto, ¿sabría decirme por dónde escapó el gato? -El Lannister no se lo podía creer, ese bulto que había chocado con él era la pequeña hija de la Mano del Rey, ¿cómo se llamaba? Arya, o algo así, aunque por las pintas que llevaba más parecía un niño sacado de las caballerizas.
-¿No tienes modales, niña? Debe ser costumbre de la familia Stark ir por ahí chocándose con la gente.
-No os entiendo, pero no hace falta ser tan rudo.
-¿Rudo? Bien, igual deberíamos ir a ver qué opina vuestro padre de mi rudeza y de paso que me explique por qué estáis sola, sucia y persiguiendo gatos a por el castillo en vez de preparándoos para casaros o cosiendo como hacen las damas.
-¡Yo no quiero ser una dama! Es aburrido, y no pienso casarme nunca y...
-¡Basta ya! -Gritó enojado – Vamos a volver arriba y te llevaré ante Eddard Stark para que decida qué hacer contigo, pero no te preocupes, con esa actitud no habrá ningún hombre cuerdo que se quiera casar contigo. - Ella pataleó, gritó y le intentó arañar, pero él era más fuerte y la agarró de un brazo mientras deshacía lo andado esperando salir pronto de allí.