14 julio 2016

Relato de Ciencia Ficción: " A la deriva"

Y... ¡Aquí estamos de nuevo con otra de esas idas de olla mias en forma de relato corto!
Lo de siempre, si os gusta id a la parte de abajo y comentad, que no sabéis lo que se agradece. (Si no os gusta también, por supuesto, estoy abierta a críticas constructivas)



A LA DERIVA

Se despertó sobresaltada sintiendo que todo su cuerpo se rebelaba, le dolían las articulaciones como si no las hubiese movido en mucho tiempo. Se incorporó de golpe al notar la arcada que precedía al vómito cuando notó que no estaba sola, cinco pares de ojos la observaban y se sintió cohibida e indefensa. ¿Dónde estaba? ¿Quiénes eran esas personas? El que parecía estar al mando le sonrió y tendiéndole una botella le habló.
-¿Te encuentras bien? Toma, bebe un poco de agua, has pasado mucho tiempo en ese estado y la necesitas, verás como te sientes mejor enseguida. –Casi no podía levantar el brazo pero tomó la botella y bebió mientras se fijaba en el hombre que le había hablado. Desde luego era atractivo y parecía ser buena persona, pero la vida le había enseñado que la belleza exterior podía no ser más que un hermoso envoltorio que a veces oculta los mayores horrores. Sin embargo, no pudo evitar sentir cierta simpatía por él.
-Me llamo Phillip, soy el capitán de esta nave, la Spinning Wheel y te hemos encontrado en una pequeña cápsula flotando sin rumbo por este sector, estabas en animación suspendida. ¿Cómo has llegado a esta situación? Cuéntanos tu historia, por favor. ¿Cómo te llamas? –Ella, sonrojándose contestó.
-Me llamo Aurora y todo comenzó cuando nací. Mis padres el Capitán Estéfano y mi madre, la segunda oficial Flor invitaron a toda la tripulación a una gran fiesta pero la técnico de motores Malev que aspiraba a ocupar el cargo de Capitán se sintió celosa y amenazó a mis padres con acabar conmigo.
Ayer estaba sola en la sala de torpedos y soporte vital cuando oí la voz de Malev pidiendo socorro desde una de las cápsulas de salvamento, fui a ayudarla y ya no recuerdo nada hasta ahora, supongo que me engañó.
-¿Ayer? –Contestó Phillip preocupado, tenía que rebelarle una cosa pero no sabía cómo hacerlo, ¿Era mejor callarse de momento? Optó por decirle la verdad. –Perdona, pero hemos revisado la cámara de Extasis y no llevas un día en ella, siento decirte que han pasado 100 años desde que se activó.
-¿100 años? – Respondió aterrorizada.- Pero eso quiere decir que estoy sola en el mundo.
-Ya no, nunca más, desde hoy tienes un hueco en esta nave, y, si me aceptas, uno en mi corazón. –él la besó apasionadamente y desde ese día el amor entre los dos fue inquebrantable.
FIN

-Hmm, señor Thinnes, me temo que su revisión de los cuentos clásicos no tiene cabida en nuestra editorial ¿De verdad cree que alguien va a querer cambiar la versión de, por ejemplo, “La Bella durmiente” por este despropósito de naves espaciales? –El editor más famoso de libros infantiles estaba estupefacto tras haber leído el cuento que le había dado su interlocutor. Lo dejó sobre la mesa y quitándose las gafas se rascó el puente de la nariz mientras pensaba en cómo habría conseguido aquél loco entrar en su despacho.
-No tiene usted visión de futuro, dentro de unos años, cuando todos vivan en naves espaciales nadie va a entender conceptos como la magia y mucho menos lo que es una rueca, de hecho hoy en día casi nadie sabe lo que es eso. – Y dando un portazo, salió del despacho del editor llamando “carcas” a todo aquel que se cruzaba con él.