03 febrero 2017

Relato de ciencia ficción: R.O.B.B.I.E


En estos tiempos en los que los niños cada vez pueden pasar menos tiempo con sus padres me ha dado por pensar que tal vez en un futuro no demasiado lejano podría haber una solución posible ¿O no? Judgad vosotros mismos:

R.O.B.B.I.E

El proyecto R.O.B.B.I.E de conciliación de vida laboral y familiar entusiasmó a todo el mundo desde el día de su presentación. La idea era sencilla: Dobles robóticos apenas distinguibles de sus originales humanos con los que los niños disfrutaban plenamente mientras sus verdaderos progenitores trabajaban con ahínco para poder permitirse una vida más cómoda y feliz para la familia. Las empresas pronto vieron que se disminuía drásticamente el absentismo laboral y apostaron por subvencionar la compra de las máquinas a todo padre dispuesto a ello.

Todas las noches, al llegar a casa, se extraía el dispositivo de memoria del  androide, se introducía en la gran computadora y se seleccionaban aquellos momentos que se consideraban importantes, la persona sólo tenía que acostarse y durante la fase REM se descargarían en su cerebro todos esos datos que quedaban almacenados en la memoria y que se convertían en recuerdos indistinguibles de los reales.

Si bien es cierto que quitando aquella serie 210-29-K que salió defectuosa y que provocó que los datos al ser insertados en el cerebro activasen aquellas horribles pesadillas y estados de paranoia, no se había vuelto a dar ningún caso problemático por lo que cada vez más gente se animaban a unirse al programa y las acciones de Robcorp subían como la espuma.

Dos años después de su implantación en el mercado el 97% de las viviendas contaban con al menos un Robbie pero lejos de abaratar su coste, los gastos de actualización y mantenimiento cada vez eran más elevados y forzaban que las jornadas laborales se duplicaran y que las vacaciones fuesen prácticamente suprimidas puesto que se asumió como lógico que el hecho de recordar que se habían vivido era suficiente descanso.

Entre todos los trabajadores de Robcorp pronto empezó a destacar Brian Maxwell, un matemático que era capaz de resolver con una capacidad asombrosa todo aquel problema que se le plantease sobre la creación de los robots, siempre era eficiente y nunca se quejaba si tenía que hacer horas extra o si se le aumentaba la carga de trabajo. Gracias a él las actualizaciones del sistema apenas presentaban problemas lo que rápidamente llamó la atención de sus supervisores. El ser empleado del mes durante más de veinte meses consecutivos forzó su ascenso y la empresa aprovechó el tirón para convertirle en la cara visible de la empresa. Empezó a ser entrevistado en todos los medios posibles, su cara aparecía en todas partes y se le comenzó a elogiar como la mejor muestra viviente de que se el programa funcionaba a la perfección. 

Pasó mucho tiempo hasta que alguien le hizo la pregunta clave: “¿Cómo conseguía tener tanta vitalidad con la carga de trabajo que tenía sobre sus hombros?”  La respuesta fue tan demoledora que provocó que la bolsa se desplomase: “Fácil, yo soy el robot, el auténtico Brian es el que está disfrutando de sus hijos en este momento”.


 La idea no es tan descabellada, que lo sepáis, ya existen robots muy "humanos" (Pinchando en los enlaces os redigirá a unas páginas interesantes)

Robot asombrosamente humano

Erika

Hiroshi Ishiguro y su doble